Asakhira
Explorando territorios Patricia @révalo
Vamos siendo nuestra propia isla,
arriesgando leyendas
sobre los límites del mundo ...
                           Teresa Melo, Cuba


13.11.03  :: 00:24

I. Sobre los Distintos Modos de Hablar Español

En 1536, Carlos I de España y V de Alemania, designa al castellano como Español, al nombrar así, ante el Papa en turno, la lengua que había aprendido para gobernar aquél, su heredado reino en el que no habría de hallar reposo el sol, dieciseis años después de haber optado por éste como lengua para ejercer su ideal político, por encima del Alemán, o del Francés, la lengua que aprendió de niño.

El Español, digo yo, más que una lengua, es un sistema de lenguas o dialectos, cuya evolución (esto ya según los estudiosos de la misma) ha sido interna, como es natural, y también debida, en gran medida, a su contacto y avenencia con otros lenguajes: los autóctonos y los de los inmigrantes, voluntarios o forzados -como lo son los esclavos-, de y a los territorios sobre los cuales se expandió, principalmente durante los siglos XVI al XVIII. Cosa que probablemente le haya sucedido en cierta medida al Inglés, aunque sus hablantes no fuesen de una naturaleza tan integrista como la de nuestros ancestros, prueba de ello, la diversidad de orígenes de nuestros abuelos y la poca diversidad fonologíca del inglés americano.

El Español procede básicamente del castellano, que es una lengua románica como el gallego, el leonés, el navarro-aragonés, el catalán y el mozárabe, conformada durante los siglos IX al XII, tras diez siglos de dominio lingüistico del latín sobre la antigua Hispania romana, territorio donde antes se hablaron el fenicio, el púnico y el griego, las lenguas de sus primeros conquistadores; y lenguas nativas como el celtibérico, el celta, el lusitano (indoeuropeas estas tres), el íbero (probablemente relacionado con el vasco y el aquitano) y el tartesio o sudlusitano.

Al afianzarse Castilla en el s. XIII como la monarquía más poderosa del centro peninsular, predominante sobre los reinos aledaños, y avanzar ésta sobre los territorios sureños aún bajo dominio musulmán, como desde hacía siete siglos atrás, a fin de reintegrar entera la Hispania antigua al nuevo y sacro imperio católico y romano, el castellano adquiere su canonjía de lengua nacional, teniendo lugar así, la primera de sus grandes expansiones, pues desplazó las hablas leonesa, navarra, aragonesa y mozárabe, incorporando giros lingüísticos de éstas a su caudal.

Tras el descubrimiento de América, el castellano, ya consolidado en la península, ha de expandirse por todo el recién descubierto continente y sufrir el más grande de sus procesos de diversificación, que deriva, a su contacto con las lenguas nativas y con las lenguas de los inmigrantes de habla no hispana (europeos y africanos) a sus extensas tierras, en la formación de cinco distintas zonas dialectales: la caribeña, la mexicana, la centroamericana, la andina y la del cono sur. Éstas son las recocidas ampliamente, aunque han llegado a ser postuladas hasta dieciséis sobre la misma área geográfica.

Entre el Español peninsular y el Español americano, como las dos grandes vertientes geolingüísticas, sucede una revolución consonántica que se observa principalmente en la reducción de las sibilantes.

Los siguientes son algunos datos con respecto al origen de los colonizadores españoles que marcan de alguna forma el posterior desarrollo de las diferencias dialectales.

  • La distribución del origen de los que emprendieron el viaje hacia el Nuevo Mundo se establece según los registros de partida de la siguiente manera: Andalucia 40% (la mitad de ellos, provenientes de Sevilla), Castilla la Vieja 18%, Extremadura 14%, Castilla la Nueva 9%, León 7%, resto de España excepto Aragón 12% (dada la negativa de Fernando el Católico a apoyar la empresa del Descubrimiento, se prohibió a los aragoneses su migración).
  • El origen del 67% de las mujeres es andaluz.
  • El origen del 70% de los marineros que tripulaban las naves es andaluz.
  • Aquel que no fuera andaluz y que deseara partir hacia el nuevo continente, debía solicitar primeramente licencia para emigrar a Sevilla, capital de Andalucía, de cuyos puertos partían los barcos dos veces al año y donde los emigrantes podían pasar esperando, en caso de que la flota sufriese retrasos, desde meses hasta años.
  • El dialecto toledano o cortesano, fue considerado la norma culta en América hasta la mitad del siglo XVI. La mayoría de los escribanos y funcionarios públicos eran originarios de allí. Luego se acoplaron a la norma urbana sevillana mayoritaria.
  • La expansión de los españoles por los terrirorios conquistados fue rápida, pero los que poblaron las zonas más inaccesibles, como la cordillera de los Andes o la meseta central de México, perdieron el contacto con España. Por otra parte, el Caribe y el puerto de Buenos Aires recibían una afluencia constante de noticias, colonos y oficiales de España. De este modo, el habla de las zonas montañosas es más conservadora y se parece más al español hablado por los primeros colonos, mientras que el habla de las zonas costeñas es más innovadora, seguidora de la posterior evolución del andaluz.

Actualmente el Español es la tercera lengua más hablada en el mundo. Además de ser la lengua oficial de España, lo es de diecinueve países de América* y de Guinea Ecuatorial. Se le habla en Trinidad y Tobago, en Filipinas (más de millón y medio de hablantes), en Marruecos y en los estados de Nuevo México, Arizona, Texas, California y Florida de USA, país en el cual es la segunda lengua principal y donde tan sólo las ciudades de Nueva York y Los Ángeles tienen, respectivamente, más de un millón de hispanohablantes. También lo hablan cientos de miles de judíos sefardíes, descendientes de aquellos expulsados junto con los últimos musulmanes de España en 1492, en su variante llamada judesmo, quienes lo llevaron a cuatro continentes junto con sus asentamientos: Europa, África, Asia y América, pero principalmente a Turquía, Asia Menor y norte de África.

Entre todas estas distintas hablas, lo que da cohesión a la Lengua Española, es la conservación de las reglas y posibilidades del lenguaje, a pesar de que su realización local y social (normas) discrepe según la zona dialectal. Esto se observa en mayor medida en el habla popular y coloquial, en tanto que, a mayor educación o cultivo de las normas utilizadas, mayor homogenización lingüística se hallará entre los pueblos.

* México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Cuba, República Dominicana, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina, Chile, Puerto Rico, en este último, junto con el inglés.

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