Asakhira
Explorando territorios Patricia @révalo
Vamos siendo nuestra propia isla,
arriesgando leyendas
sobre los límites del mundo ...
                           Teresa Melo, Cuba


31.10.03  :: 16:05

La hora de zarpar es siempre antes del alba.

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:: 15:56


Patricia Yossen Pruvost
Escultura en barro.

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29.10.03  :: 20:21

Un poco de amor francés...

« Si usas llave inglesa, te gusta la salsa inglesa y trabajas semana inglesa, ¿qué esperas para aprender inglés? », reza el comercial de una academia de lenguas.

Pensé, si a esas vamos, cuán poco convincente es el genitivo inglés, que no evoca ni de cerca algo tan sicalíptico como el savoir vivre(*) francés, la pierna francesa, o el beso francés, que sin duda alguna, de verdad estimulan al cultivo de la deliciosa lengua que los vincula.

(*) Saber vivir

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28.10.03  :: 20:57

¿Será verdaderamente asequible el universo?

Para Fander.

Cuentan que en la India juntaron a 50 ciegos para que entre todos “vieran” lo que era un elefante. A una voz, los ciegos se acercaron para tentar al animal según su suerte en alguna parte. Uno le tocó la cola, otro una pata, otros más el cuerpo, la trompa, las orejas. Cuando debieron describir al paquidermo, aquello fue un desmadre. Uno dijo que era algo largo, dúctil y húmedo; otro que un animalillo pequeño, duro, puntiagudo; otros que rugoso y arraigado como un árbol, otros más que áspero, enorme, imposible de rodear con los brazos. No falto quien dijera que era delgado, casi plano.

Supongo que es un privilegio reservado a los sabios saber que lo que palpan es sólo la oreja del Universo.

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27.10.03  :: 14:53

« El corazón, máquina incansable de preferir y desdeñar,
es el soporte de nuestra personalidad »

¿Me puedo quedar a vivir aquí, contigo? - te pregunté tras echar una mirada sobre tus estantes llenos de libros, la habitación alargada, el sofá donde duermes, el tapiz antiguo; el otrora balcón convertido en cobijo para más volúmenes, películas, un par de antigüedades, postales, tus discos. Los tomos de arte, uno, otro: fotografía, poesía, pintura, erotismo de principios del pasado y del antepasado siglo.

« Cada cosa que existe es una virgen que ha de ser amada para hacerse fecunda »

Dispuesta con copa de vino lambrusco y visor de papel, miré hasta sentir vértigo el álbum de fotografías estereoscópicas de una ciudad de México celebrante en 1910 y que hoy sólo una memoria cultivada la sabe en la nuestra reconocer.
Asimismo curioseé los estilizados desnudos de las pupilas de un aristocrático burdel de la época. Contrasté su imaginario afrancesado con el diario acontecer de la capital, documentado pictóricamente por un viajero suizo medio siglo atrás - mujeres que fuman juntas, que despiojan niños, que usan cuchillo y blusas sin corpiño, pendencieras que se emborrachan, que echan pleito, que hieren, que llevan presas-; y por Luis Campa y Antioco Cruces, quienes invitaran a su azotea a posar, allá por 1870, al cargador, al sereno y a la chilera, para integrar una colección fotográfica de los tipos populares mexicanos, subiendo incluso a cuestas el enorme maguey y la trajinera que ambientan las imágenes del tlachiquero y de la chinampera.
Observé a instancia tuya el jarrito de Tlaquepaque que en la mano sotiene la más pequeña de las Meninas de Velásquez y yo te leí el pasaje que tanto me gusta de la Didjazá, luego de que Kiri Te Kanawa, cantara como una flauta el a-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-haa con que, en La Flauta Mágica, la reina de la noche incita a Pamina a matar.

« Yo soy el que ve el mundo y el mundo es lo visto por mí »

El límite del individuo no está en la piel, te expresé entusiasmada de chapotear en tu haber. El hombre es uno con sus objetos, me replicaste aludiendo a José Ortega y Gasset, y me permitiste traer hasta mi casa dos de tus falanges: la antología de oficios mexicanos, que no se intitula así; y el disco de cantatas y sonatas de los Scarlatti que ahora escucho, en voz de Paulo Abel do Nascimento, sopranista, con música de violoncello y clavecín.

« La vida es una serie de colisiones con el futuro;
no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser. »

A partir de esa noche te pienso otro. Tu nombre cambio de acepción. Mi noción de ti se transformó: otras raíces, otros frutos, otros motivos, que me generaron la impresión de nunca antes haberte sentido más vasto, más sorprendente, más cercano y a la vez más desconocido. A la revelación de lo poco que de ti he aprehendido, siguió la ansiosa certeza de que jamás siquiera otearé todos tus libros, menos aún podré deshojar uno solo de tus deseos.

Suponer que te conozco es un descabellado acto de fe.

Recorro mentalmente otras habitaciones, otras bibliotecas, otros estantes. Recuerdo una caja que está siempre a punto de caer de una altura de tres metros, una familia de muñecos, una sala de concreto, una silla de montar, unos escritos, una copia de una pintura de Renoir. Sí, los objetos hablan, parlan, narran reveladores la personalidad de a quienes pertenecen, más aún, forman parte de él.

« ... cada individuo es un órgano de percepción distinto de todos los demás, como un tentáculo que llega a trozos de universo para los otros inasequibles »

Todas las citas son de José Ortega y Gasset.

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25.10.03  :: 12:55

Megalomania
«… Ojalá fuera tan fácil tirar el dolor a un río… Lo necesito… Porque odio sentirme un hipócrita riendo por fuera cuando en realidad lloro por dentro… Llorar por dentro es más doloroso que hacerlo por fuera, ¿sabe?, porque no deja marcas, ni ojeras, ni ojos cristalinos… Nada que te delate… Y así es más fácil chapotear en la tristeza, y más difícil salir de ella… »
Iscariot, The Beloved Truths, 9/10/2003, vía Alexqk.

Con la Conciencia Tranquila
«... La vida entera se me ha pasado
llamando sentimientos a las palabras,
placer al ansia, (...)
tristeza a la autocompasión,
gusto por la soledad al miedo a ser descubierto (...)
Felicidad no es más que el nombre de una adolescente, me repito,
confundiendo amargura con desprecio. ...»

Berna Wang, La Mirada Oblicua, 15/10/2003.

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24.10.03  :: 02:38

Lenta, calmuda, teje Ventura diabluras.

En su perpetua factoría, la diestra escoge con detenimiento, de entre un sinnúmero de vidas - fibras teñidas con henna, cochinilla, añil, azafrán, espinacas o gardenias -, las hebras justas, precisas, para anudarlas a su trama con la zurda; ya con una seductora faz taciturna, ya en una aventurada propuesta, algunas veces garabateada precipitadamente sobre una servilleta.

La meticulosa tejedora realiza en silencio sus ingeniosos diseños, no hace complacencias, no atiende peticiones, no sigue modelos. Teje, teje más, teje divinamente, borda, hilvana, plisa, frunce, todo con enigmática pericia y hasta sentirse satisfecha con la preciosidad de sus hechizos.

Loca sale a la calle entonces, a buscar al que, de tanto esperarla, infaliblemente ha renunciado a ella, para revelar ante los grises ojos su obra maestra.

A veces lo encuentra, otras no, otras muy tarde.

Ventura desdobla su labor y espera, espera ansiosa, espera hambrienta, como araña en su red, a que el desatendido la atienda. Provocar su estupor es el botín que ella anhela.

Ventura es una perfeccionista, es compulsiva, es poco productiva. Ventura se dilata demasiado. Jamás ha entregado a tiempo, siempre tiene excusas, siempre el trabajo rezagado.

A veces Ventura se tarda taaantoooooooo, que el desventurado, una vez que se ha limpiado las lagañas y se percata de lo que está pasando, lejos de admirarla, la manda derechito al carajo.

Ventura es una artista excéntrica, soberbia, que no entiende un pito sobre la eficiencia.

« De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo. »

Joan Manuel Serrat

Sí, estuve a punto, como siempre que me siento abandonada por ella; pero me mostró sus hilados y sucumbí embobada ante su evanescente y prolija belleza.

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23.10.03  :: 05:30

A propósito de baños, Luc & Aldito, Aldito & Luc están de plácemes invitando a pasar por su recién formado Club de la Ducha.

Muy recomendable.

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22.10.03  :: 12:34

La primera tina de baño con agua corriente fue construida en 1842, en caoba y acero. Pesaba cerca de una tonelada y estaba conectada a un tanque de agua en el ático, en el que se combinaban agua fría y caliente, ésta última proveniente de una tubería que la hacía fluir entre los carbones de una chimenea.

Antes de eso, los usos y costumbres vigentes prescribían tomar el baño los sábados por la noche en una tina de plata o cobre, acomodada cerca de un fogón, en la más caliente de las habitaciones. En el caso de la mayoría, frente al hogar de la cocina. Uno tras otro, todos los habitantes de la casa y todos en la misma agua.

Así bañóse la Reina Victoria, frente a la chimenea de su recámara, ayudada por sus sirvientes, cuando ascendió al trono en 1837; pues el Palacio de Buckingham aún no contaba con un cuarto preparado para tal efecto, y sin embargo sí, un bourdoir en cada uno de sus aposentos, donde sus ocupantes escogían con minucia sus atuendos.

En la época victoriana, más de un baño a la semana como los cánones indicaban, se consideraba un exceso, una pérdida de tiempo, incluso una impudicia.

El cristianismo había tachado de proclive al pecado todo legado de la cultura romana (menos el militar que bien servía a la iglesia), incluso el principio de la limpieza. A tal grado fue proscrito el baño, que en la temprana edad media, era de honrarse conservar hasta la madurez las estelas que las aguas bautismales hubieran dejado sobre la mollera.

El término burdel acuñó su acepción meretricia durante el reinado de Ricardo Corazón de León (s.XII), cuando en la antigüedad sirvió para designar los cuartos de las termas romanas; resucitadas en ese entonces, las de Bath, para su uso público, vueltas a cerrar bajo el reinado de Enrique VIII y vueltas a abrir en el siglo XVI, reivindicadas (las termas, no los bordellos) bajo motivos estrictamente terapéuticos.

A mediados del siglo XIX el desarrollo de la plomería, a raíz de la Revolución Industrial, vino a cambiar los conceptos.

Por un lado, dio inicio a los grandes sistemas de conducción de agua y drenado urbano; y por el otro, se desarrollaron las instalaciones domésticas (a partir de las instalaciones industriales, claro está) y aunque a principios de 1800, las tuberías estaban confinadas al primer piso, el progreso seguiría su marcha hasta instalar nuestra primera tina, con agua proveniente del ático, en la casa de un señor Thompson en Cincinatti, Ohio.

Así surgió el concepto de una habitación interna dedicada a la higiene y al aseo en la casa del ciudadano (casi) común, y con ello la industria de los muebles de baño, que incorporó a la de los retretes que ya se utilizaban desde 1775, de porcelana decorada tan elegantemente como en un juego de té e instalados en cubículos externos con conveniente vista al jardín.

Sin embargo, la consideración pecaminosa, y de paso antihigiénica, del baño persistía. Seguía rigiendo el concepto victoriano y por lo tanto a pesar de las crecientes facilidades, la frecuencia del aseo no había cambiado.

En 1835 casi se llega a prohibir en Filadelfia el baño durante la época invernal, y en 1845 se le prohibió decididamente en Boston, salvo en caso de recomendación médica.

La transformación de los conceptos sobre la salud le venían bien a la incipiente industria, que requería un milagro para despegar. Éste se produjo alrededor de 1870, año en el que se repartieron, tan solo en Chicago, aproximadamente cien mil panfletos indicando las ventajas del baño diario, haciendo que la gente se concibiera sucia, siempre, además de llena de bacterias.

Es entonces que se produce el prodigio de unir en uno solo, a lo cuáquero, los conceptos de pureza y de limpieza, de alma y de cuerpo, con lo que el baño perdió su calidad de profano y ganó la de privado (en la época victoriana, era mal visto bañarse solo), hasta convertirse en el ritual de ablución diario y solitario del hombre moderno.

El spam puede cambiar la cultura, religión inclusive.

Eso me quedé pensando cuando mencionaron lo de los cien mil volantes en un programa de historia de la plomería en el History Channel.

¿Qué efecto tendrá a la larga, sobre nuestra visión del mundo, el acoso diario al que estamos sometidos, instados, por ejemplo, los señores a los alargamientos?

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21.10.03  :: 00:39

Nos miramos a los ojos, los dos, amorosos y amantes, mientras nos dejamos caer aún tomados de la mano, aún fieros, sobre el emasculante filo de nuestro mutilado deseo. Y sonreímos, sí, sonreímos, nos miramos mutilados y sonreímos reflejos, con una sonrisa agridulce envuelta en síncopas de latidos.

Juan Manuel Mauleón


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20.10.03  :: 01:02

Solsticio

Me sorprendió que levantaras mi brazo y lo acomodaras sobre el tuyo para conducirme. Tras un instante de extrañeza, me sucedieron la comprensión de tu gesto inesperado, la revelación de mi andar solitario y una estampida de sentimientos que se condensó en nube.

A partir de ese momento nada fue ya importante, ni el ir, ni el venir, ni entrar o salir; ni la música de violines y violas, ni la elegancia de los acróbatas sobre el trapecio. A mi mente no acudieron ni los nombres de quienes nos reconocieron. Dejó de transcurrir el tiempo, yo de sentir sed o frío, o cualquier otro deseo.

Todo se abrevió en la sensación de estar viva, ahí, así, contigo, en la bendita circunstancia de hallar sostén en tus brazos, dadores de refugio a mi vagabundeo.

Fu - El retorno.
El solsticio de invierno.
Tierra sobre trueno.
El movimiento contenido en su origen.

Regreso a la salud, tras la enfermedad, al entendimiento tras el desconcierto.

En invierno la energía de la vida, simbolizada por el trueno, está bajo la tierra, fortaleciéndose con el descanso, renovándose en sí misma. Todo debe ser tratado con delicadeza en su origen, para que su retorno conduzca al florecimiento.

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19.10.03  :: 18:05

Debajo de la cintura, estanque de peces dorados que buscan bocados.

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18.10.03  :: 07:32

Me despierta la sensación de mi cuerpo. Sé bien qué es.
Ayer asistí por primera vez a clase de baile africano.

La clase empezó recia, ocho tambores doblando en un ático.

Me sentí torpe, como siempre que inicia uno algo. Con frecuencia perdí el paso. Más de lo que ser primeriza admite y es porque me distraigo. Soy torpe para seguir a otros y lo seré mientras necesite verlos para imitarlos. Luego, cuando mi cuerpo haya aprendido la lógica del baile, seguiré aún perdiendo el paso. Lo sé, pero no perderlo habrá dejado de ser el aprendizaje.

Descubrí movimientos que no sabía que mi cuerpo sabía hacerlos y otros que no sabe, pero que sé que puedo, percepción de poderío inexplorado a cada intento. Así ha sido antes, estoy habituada, llevo años sacando a la luz mis facultades. Tarde resolví nadar, pero a tiempo, a tiempo para no perder el asombro de advertir la sensación de mis brazos como remos.

A veces una crece ignorante de las posibilidades de su cuerpo.

Mi cuello y mi espalda nunca se movieron tan frenéticamente. Posición afro, rodillas dobladas, la espalda inclinada, afuera la cola y el pecho abierto; hombros derechos, brazos levantados proyectados como alas. El peso de la cabeza siguiendo al tórax en su ciclo para tomar aliento, ora exhalas, total vacío, ora inhalas, abdomen lleno. La planta del pie extendida sobre la tierra.

Tierra. Pisar fuerte la tierra. Toda práctica antigua, exige poner los pies sobre la tierra. Asentar bien las plantas de los pies sobre la tierra, plantarse, enraizarse, como quien sabe que tiene derecho a posarse sobre ella. No volar. Se vuela impulsada por la misma tierra. Levantar las rodillas para pisarla con mayor fuerza, con vigor, como para despertar su energía; como para moverla de su órbita, como para que ella te sienta y te reconozca como a su hijo, morador de su corteza, que la insta a que lo atienda. El mismo ímpetu devuelve a contramano ella, la tierra, la madre tierra. Es entonces que vuelas.

- No se trata de ser bonitas, sino de avanzar al frente, ¡quiero mujeres Changó! – indicaba A., la maestra.

Tengo los músculos deliciosamente tensos, una sensación de fortaleza, de vitalidad, me recorre los muslos, brazos y espalda hasta donde ésta pierde su excelso nombre. Vibra aún mi cuerpo con la moción y la percusión de ayer tarde. Siento demasiado el cuerpo como para poder dormir como ángel.

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Alguna música africana, vía Juan de Manengumba.

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16.10.03  :: 19:28

Escucho Bajofondo Tango Club, un excelente albúm de drum+bass hecho por argentinos, un colectivo musical producido por Gustavo Santaolalla, que para esto es bastante bueno, y que sigue las fórmulas del Nortec mexicano y de los franceses de Gotan Project. ¿Comercial? Sí. Ganador del Grammy como mejor albúm instrumental este año.

Claro que no es tango. Es música dance enriquecida con abundantes elementos musicales de este género, como lo es el bandoneón o la voz de Adriana Varela, lo que le da un matíz lánguido y nostálgico (¿postmodernista?), que sencillamente me gusta.

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:: 15:53

¡Esto es un desastre! ¡Una carambola! Los jugadores se atropellan en la cancha desconocedores de sus posiciones.

Vamos a hacerlo fácil. A la Luc.
Y es que no sé cómo más cacarear mi segundo premio, aunque a mi me late que me han dado gato por liebre y la famosa mascota china no es sino un demonio de tazmania que me muerde cada vez que la quiero poner mirando al sudeste, mientras los cascarudos electromagnéticos se tiran al suelo pitorreados de la risa.

Test rápido para saber en qué bando juegas: rudo, técnico o detrás de la puerta.

¿Quién eres las más de las veces?
a) El que confesaría ufano (aunque oculte alguna cosilla)
b) El que no tiene nada que confesar.
c) El que confesaría aún más ufano, si no fuera porque le van a jalar las orejas justo por aquellas cosas de las que está más orgulloso.

¿De qué pecas?
a) De caótico
b) De recto.
c) De nada, gracias.

¿Cómo duermes cuando estás con una pareja?
a) De cucharitas.
b) Con la mano sobre ella, para que no se caiga.
c) Espalda vs espalda.

¿Fue fácil no?

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14.10.03  :: 20:29

Lucharán a dos de tres caídas...

cargadores, médicos, computólogos, fontaneros, repartidores, cocineros, taxistas, comisionistas, licenciados, empresarios, carpinteros, actores, cobradores y vendedores de seguros. Ora más recientemente, bloggers - ellos y ellas.

Considero que todos aquellos que ejercemos una profesión, oficio o afición, lo hacemos dividiéndonos, como en la lucha libre, entre jugadores rudos y técnicos.

Cuestión de táctica.

Los técnicos son limpios,
los rudos, mañosos.

El mundo dividido entre los buenazos y los malosos.
Los diurnos y los nocturnos.

Los técnicos organizan sistemáticamente sus actos para alcanzar los resultados con economía de esfuerzos,
los rudos, varian sus tácticas, se derrochan, explotan su arsenal detrás de los mismos resultados.

Arsenal que está conformado de conocimientos, habilidades, hábitos, facultades, voluntad y emociones, bajo dos modos distintos de dominio. Éste último en armonía con el temperamento del individuo.

Ocho son los temperamentos o tipos caracterológicos básicos, seis de los cuales he dividido en dos equipos. A los otros dos los he dejado en la banca.

De ambos bandos, los jugadores que tienen qué arriesgar,
y un porqué para el triunfo arriesgarán,
si osan, perder la máscara o la cabellera.

Anticipo, casi nadie presenta un temperamento puro, aunque sin lugar a dudas en todos prevalece un tipo dominante. Nada mejor que conocer el temperamento de colegas y contrapartes.

RUDOSTÉCNICOS

Colérico o Fogoso
Exaltado, precipitado, vital, animado, móvil, nunca monótono, avispado; aficionado a la novedad y la aventura, amante del riesgo, no cultiva recuerdos, superficial, versátil, rápido tanto para apasionarse como para apaciguarse.
No son aficionados a la vida familiar, no son reflexivos, no conocen a profundidad a los otros, aunque los utilicen, a veces inconscientemente.

Apasionado
Activo, tenaz, incisivo, constante y severo. De personas fuertemente ambiciosas, trabajadoras, infatigables, autoritarias, honradas.
Cuando deciden algo van por ello, no toman las cosas a la ligera, no permanecen insensibles ante nada, no son imprudentes.
Les gusta ejercer el poder y tener círculos de influencia. Amantes de la grandeza.
Rara vez rectifican, difícilmente perdonan una ofensa.

Nervioso
Siempre en movimiento, especulador, despierto, inteligente, creativo, emotivo, espontáneo, imaginativo, inconstante, impaciente, sobrio, austero. Con alta sensibilidad artística.
Ágil para decir la verdad a medias. Sabe que no cuenta consigo mismo.
Emprende su búsqueda sin estrategia previa. Sus logros nunca lo satisfacen. Varía del desaliento al optimismo y viceversa. Sus convicciones cambian, según el medio al que deba de adaptarse.

Sentimental
Delicado, sensible, afectivo, imaginativo, pesimista, susceptible, tímido, taciturno, absorto en sus meditaciones, capaz de súbitos arrebatos, idealista, busca fuertes emociones que lo saquen de sí mismo.
Enemigo de las innovaciones y de las mudanzas. Sufre doblemente la indiferencia o el menosprecio, le duele no ser aceptado en la medida que él ofrece. Es feliz solo.

Sanguíneo
Seguro, objetivo, observador, práctico, contento de sí mismo, ingenioso, con capacidad de improvisación, egoísta y burlón. Adaptable, rápido sin precipitación.
Vive en el presente entregado a la acción, olvida rápidamente y no se amarga la vida por escrúpulos. Ama la vida, las emociones fuertes. Se muestra desdeñoso de las costumbres establecidas, de las reglas, de las leyes pero observa escrupulosamente los reglamentos cuando éstos le sirven a sus propósitos.

Flemático
Pensador, observador, ordenado, dogmático, tolerante, templado, sereno, paciente, puntual, silencioso.
Respeta la libertad del otro, quien le interesa profundamente. No se deja influir ni apasionar. El único veraz y confiable. Ama sus recuerdos. Gusta de trabajar solo.
Desconoce la impulsividad, el desaliento, la inestabilidad, y la versatilidad. Se mantiene aferrado a su pasado y a su comodidad. Cuando se propone algo no hay quien lo disuada, aunque concede poca importancia al éxito. Fino sentido del humor, poco amigo de las chanzas.

LA BANCA

Amorfo
Sensual, egoísta, hedonista, lento, perezoso y vanidoso, manualmente habilidoso, buen seguidor, objetivo, monótono, inconmovible, inteligente y responsable. Hipócrita y venenoso.

Apático
Dócil, lento, rutinario, independiente, adaptable a todo porque nada le importa. Prudente, ahorrador hasta la avaricia, conservador. Serio, encerrado en su opinión.

Así es.
Al que es jugador le amedrenta quedarse varado en la banca.
¿Yo? Del lado de los rudos, por supuesto.

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13.10.03  :: 02:24

- ¿ Qué velocidad alcanzan?
- Hasta trescientos veinte al final de esta recta. Ciento setenta ... setenta y siete en promedio. Allá en las curvas es donde se frenan.

Cuando entre ellos se entrevera el talle esbelto que relinga una ombliguera, sus miradas se apartan distraídas de cronómetros y autos para fugazmente precipitarse sobre la piel de soslayo. Luego se buscan y cruzan entre sí, cómplices, al tiempo que sobre sus rostros una pilla sonrisa se revela y las voces sueltan al oído escucha algún bisbiseo de faunos.

Sobre la pista de carreras braman los motores una, dos, ..., setenta vueltas.

  • 1:56.51.396 horas.
  • 221,011 asistentes al autódromo.
  • 2 boletos de cortesía para nosotras.
  • 150 pesos por un lugarcito para estacionarnos en un patio que los vecinos aprestan, luego de echar reversa más de medio kilómetro, pleito a tres uniformados y dos vueltas olímpicas (en auto) alrededor del estadio.
  • 4 intentonas de entrar por accesos equivocados.
  • 3 botellas de agua y 1 tequila ¡invitados!
  • 130 el lugarcito en rebaja, ante nuestra incontrovertible incapacidad de pago.

"Gentlemen, start your engines" y los autos arrancaron.
Comenzaron lentos, después fueron cada vez más rápidos.
La carrera empezó ... cuando alguien dijo que había empezado.
La primera vez que tomaron las curva hubo cuatro despistados.

Parece que es importante no permitir que se acrecente tanto la distancia entre los autos. Tres veces ondearon la bandera amarilla, según esto, para reagruparlos y hacer al espectador más interesante el espectáculo. Sería sabio que la política económica dominante aplicara esta misma regla al juego del mercado.

- ¡Esto es adrenalina! (¡Oh!)
- ¡Al canadiense lo sacará de pista el francés
que es medio mañoso!
- Las carreras son así, inician, tres horas de cervezas
y luego a averiguar el resultado.

Seis pilotos mexicanos. Dos abandonaron por problemas mecánicos. Dos ocuparon los lugares tercero y cuarto. Otros dos el décimo y el octavo. Entre el décimo y el ganador sólo hubo 42 segundos de retraso.

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11.10.03  :: 13:01

Sostengo conversaciones que no han tenido lugar.
Escucho el sonido de las letras mudas.

Eso es lo que recuerdo de mi sueño de esta noche.
Junto con el tema y el nombre del interlocutor soñado.


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:: 01:23

Llega con dolor de cabeza. Hace mal trabajar tanto, indispone. Además no dispone de tiempo, el día para él aún no ha terminado. Que lo disculpe, lo disculpo. Que qué linda. Sí, linda. Que mañana. ¿Mañana? Hay cosas que son impostergables y hoy no puede ser mañana.

Hay una suerte de hombres que planta siempre en nombre del trabajo. Se les distingue por exitosos y por ser en extremo diligentes y puntuales ... en otra clase de citas. Suelen pedirle perdón a una con frecuencia, cada que realizan el milagro de convertir veinte minutos en tres horas y una dulce en agría espera.

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9.10.03  :: 19:27

echadas las cartas
aparecen dos tigres
con el sol en el medio cielo

calma que presagia batalla
quema
la vida perdida en
combates cuerpo a cuerpo

late
sabes que late
sientes que late entre mis dedos

marea
luna plena
mar sin calma

me dices, duerme
duerme a mí, que soy insomne
y sonámbula

viciosa impenitente de tus jadeos

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8.10.03  :: 22:16

Llegó con una amiga, otra sudamericana. Venía impresionada. Una "bruja" de San Miguel le había dicho, además de cosas que la hacían parecer atinada, que corría peligro de muerte y que por deshacer el embrujo le cobraba cinco mil pesos. Cinco mil, ¡cómo si los regalaran! Yo dije que era demasiado, que había leído que por ahí que dos eran ya una gran estafa. La otra le dijo que no se sugestionara. Ató el cordón de una de mis botas a su panza, tomó el otro extremo y lo llevó a su codo, se alejó para luego acercarse a ella, paso a paso, un paso por cada medida de su antebrazo, tres hasta toparla. Como no eructó, le dijo que no se preocupara, que aquella mentía, que ella no sentía nada. Aunque mi amiga reía y bromeaba, yo la vi asustada. Le pregunté quién era su amiga. Cura y tiene su buena clientela - me dijo con cierta fascinación. Yo sólo le dije que si se sentía mal no dejara de ir a consultar a algún doctor.

Me avisó por correo que estaba en cama, enferma como hacía un buen rato no recordaba, reposo absoluto, dieta estricta, enojo. La bruja, su vaticinio. Sus propias conjeturas sobre el porqué del descuido físico. El médico (finalmente el médico) tratando de mantener el equilibrio entre una disfunción hepática y la inexorable agresión de los montones de antibióticos imprescindibles para combatir la fauna brava que recolectó durante su viaje, por tierra, desde Rosario; amibas y otros "...que según Timo sonaba[n] a prueba experimental de laboratorio gabacho".

No he sabido más de ella desde hace rato. Vive en una casa cercana a un pueblo llamado Uricutín en Michoacán, cerca del lago de Pátzcuaro. No tiene teléfono, ni dirección. No contesta al e-mail. Me gustaría creer que se ha ido a hornear pan a alguno de esos sitios recónditos que le sirven de escondites vacacionales o idear otro modo de localizarla.

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7.10.03  :: 23:18

Carlos Oliva Mendoza ganó el premio nacional de ensayo literario José Revueltas de este año. No estoy segura del nombre del libro, pero en su página ha publicado un fragmento sobre la naturaleza del género ensayístico y lo intitula así:

LA CREACIÓN DE LA MIRADA

« El ensayo no tiene necesidad interna; es hijo de la Modernidad y, en este sentido, participa de una díada indisoluble: la libertad y el fragmento (...) El ensayo es duda; pero duda condenada a permanecer como tal, (...) Esta ausencia de episteme la suple el ensayo al recargar, retorcer e insistir en la exposición del tema, no en el pensar que tiende a la formación de conceptos y definiciones, sino en el montar un escenario (...) [El ensayo] arrastra por siempre ese permanente intento de renacimiento que choca contra la otra forma de representación que se empieza a gestar en esa misma época: el método y su escritura como tratado. »

A mí me gusta leer lo que escribe el Oliva, que fue quien me animó a abrir este blog con una simple y liberadora instrucción - tú no eres escritora - dicha sin presunción y con toda verdad. Me gusta tanto como reunirme con él y con quienes quedan de aquella banda, para celebrar o no, premio o no, fiesta o no, entresemana o no, ron o ron, pero con ellos.

Sonora está muy lejos, veinte horas en auto, dijo Nicoménicus que se ha convertido en personaje del Calcio del Valle. Yo creo que lo conveniente es rentar un autobus.

upd 1: A Sonora no va nadie. El premio lo otorga el estado de Durango, y la entrega es el 17 de este mes en Goméz Palacio, Dgo..

upd 2: Notimex, 8 de octubre. La publicación se divide en cinco ensayos: "El occidente y la inmortalidad", "La recepción de Shakespeare en Latinoamerica", "Las fabulosas ideas de la antropofagia y la códigofagia", "El humor, el amor y el exilio en la obra de Cortázar y la violencia y su relato policiaco", añadió.

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6.10.03  :: 23:08

De poemas y corbatas

- ¿Te sirvo (para) algo? Me inquietas ... ¿Cómo te...
- ¡Cuidado! - la voz le hizo callar -
Éste es el primer verso de nuestro poema -
y esta vez la voz le pareció de terciopelo - ...

- ¿Me buscabas? - preguntó tocándome en el hombro.
- No ... - contesté desconcertada, luego de haberme girado para verle y descubrir por vez primera la travesura de sus ojos.
- Bueno, quizás tú a mí no, pero yo a ti, sí - dijo sonriente, y sin más preámbulos se adentró en mi vida. Jadeaba. A zancadas nos había alcanzado justo antes de que cambiásemos de acera, tras encontrarnos desaparecidas de detrás de sus vidrieras en las que exhibía corbatas.

Sobre los amores de paso, el maní
y de cómo mienten los corazones baldíos

Cumpliría años el cinco de diciembre. Los meses transcurridos entre esta fecha y ése, nuestro encuentro, habían sido de gloria creciente. Una gloria celosamente acunada entre techo y paredes de cuartos de moteles que ese día convenimos en lucir por la calle: enunciarnos como amantes ante sus amigos y muy escasos familiares, hacer planes para abril.

El reloj marcó muchas horas de espera esa tarde. Antes no supe la inconveniencia de no saber dónde, que no fuera donde siempre, encontrarle. Con el atardecer llegó la certeza de que él no vendría, de que no vendría nunca, ya nunca más. Y me ofusqué. Ciega, cuando las cosas van bien, es porque algo está mal, muy mal, yo lo sabía y no había sido suspicaz. Una, dos, tres noches, llanto, silencio y orgullo calando. Una, dos, no llegué a tres semanas, no pude más y me lancé a buscarle.

Tarde. No le hallé. Aquel día cinco, él había concluido su viaje. Cómo, lo supe semanas después, a cuentagotas, al dolor no le precisaban los detalles. Lo importante era claro. Un cacahuate, un ordinario cacahuate, puso punto final a su itinerario y a nuestra rima y a nuestra gloria. Atrancado en el tren de su respiración, trastornó sus horarios y frenó para siempre sus ritmos vitales. Tan fresca como tenía la boca, así de frágil tenía el corazón.

Acerca de por qué detesto los relojes
tanto como a los subjuntivos

A raíz de este desenlace, híceme dos promesas que cumplo cabalmente. Una, cada vez que me despido recuerdo que uno está siempre de paso, que, aunque remota, existe la posibilidad de que sea ésta la última vez que me encuentre con el que tengo enfrente y me pregunto si puedo despedirme ahí de él para siempre. No sé, la vida, el ánimo, las circunstancias, cualquier cosa igual que se halla, se pierde. La segunda es nunca consentir al enojo más de un día. Si algo ha de tronar, que truene. No hay peor espera que la que la incertidumbre o el orgullo imponen, ni peor pérdida que la de quedarse con lo que se tuvo para dar. ¡Ah, y también resolví que contar el tiempo, no es importante! Uno siempre se alarga, rara vez se acorta, y para mí es religión, no dejar para un mañana los amores a dar y recibir el día de hoy.

Tan, tan...
Y con ésta me despido, creo,
del tema de las corbatas.

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5.10.03  :: 18:35

- ¿Te sirvo algo? ... ¿Cómo te...
- ¡Soy escorpión! – la voz le hizo callar – Estás adentrándote en un nuevo poema – y esta vez la voz le pareció de terciopelo - ...

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4.10.03  :: 12:14

Amo los amores de paso, los amores de andén, amores de viajeros. Tú te vas, yo me quedo, o ambos nos vamos en dos distintos movimientos. Amo la intensidad de los amores yermos, efímeros, las intersecciones de lugar y tiempo. Encrucijadas sin lugar para quimeras, y sin embargo, para engendrar ficciones eternas.
Espacios donde uno a sí mismo se bautiza para llamarse con un nombre nuevo, o incauto se desnuda ante el guardian casual de una de sus memorias inciertas.

« amar y ser amado sólo cuando no es posible, de ninguna manera posible, de ninguna manera »
A la memoria de las Francescas.
(Aplíquese el género según las preferencias)

Pintura de Frank Jensen
Ventana blanca 60x60

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:: 11:49


Báltico
60x60

En respuesta al comentario de Fander.
Frank Jensen aporta sentimientos a través de las impresiones que le causan mares y cielos. Se expresa en primera persona, pero la bondad de su mirada pictórica consigue una inmediata y amplia participación a través de la estética. Navega sin miedo a los escollos por mares envueltos en una dulce neblina, ya que es diestro en superar las dificultades en la técnica y ya sabe a que puerto de plenitudes plásticas ha de poner rumbo. Pintura que mira hacia el futuro sin angustias, ha aprendido a mirar hacia su interior y el afán viajero que le impulsó en sus primeros años se ha convertido en una acertada exploración de la riqueza en sentimientos que atesora. El fin último nadie sabe como es, pero si se acierta a encontrar en el infinito en la propia personalidad se pueden superar muy distintos problemas con la ataraxia del sabio. Y a ello conduce la pintura de Frank Jensen.
Josep M. Cadena, crítico de arte.
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3.10.03  :: 03:08

La película "La Amante del Teniente Francés" (1981), basada en la novela del mismo nombre de John Fowles, y donde actuara Maryl Streep, es una de mis favoritas.

La imagen de ella, con su larga capa negra, al borde del dique que frena a un mar sin calma, me es imborrable. Como lo es el perentorio motivo de la leyenda que alrededor de sí misma ha fraguado Sarah, la protagonista de la novela en la novela: destruir la "dignidad" que la sociedad victoriana en la que vive pudo conferirle, a cambio de libertad para actuar a sus anchas. Libre de las imposiciones de la "decencia", ella puede andar por donde otras no andan.

Imagino a Sarah, parada yo por primera vez frente a un mar desconocido. Me abofetea rabioso el viento helado, sangra mis labios y me hace temblar bajo el enorme ropón que compré usado. Sobre mis córneas estallan otras visiones del mar, bosques adentrados en las arenas de la playa y el oleaje embistiendo a los acantilados. El mar habla la misma lengua, aunque con timbres distintos.

Miro los barcos y me pregunto cómo fue ser la mujer de un marinero. Me figuro el transcurrir de una noche en vela antes del consuelo que la electricidad brinda, escuchando tan solo los bramidos de la tormenta y el rugido del mar enfurecido. El viento azotando las puertas de madera. Y el hombre allá, en la mar.

¿Cómo será amar así?

« I think only people who want to be free are human beings.
Women don't want to be free.
Well, is a woman a human being? »

Zorba the Greek

« No existe hombre de mar,
que no se pueda ahogar. »

Refrán naútico



Más fotos de ultramar.

J. se enamoró de una alemana, como no tenía dinero para alcanzarla consiguió que el capitán de un barco de carga lo invitara, y así llegó hasta allá. Dos años después, porque en su primera travesía le sedujo el mar.

R. geólogo, trabajo durante quince años en las plataformas petroleras, tras otros tantos de andar buscando petróleo en los desiertos, bajo las piedras. Casado todos esos años, siempre estuvo ausente. Cuando lo quisieron jubilar, le cambiaron el mar por un cómodo sillón ejecutivo y vista sobre la ciudad. Él apuró el trámite, pero era ya demasiado tarde para dar inicio a una vida conyugal.

F. y Z. eran hermanos, ambos eran jóvenes cuando se subieron a su primer barco. Casados ambos con mujeres menos decentes, viajaron mucho, por todo el mundo. Uno terminó sus días pensionado por el astillero y rodeado de diez hijos con prole; el otro llevando a sus amigos ricos a pescar en altamar. Sus mujeres lloraron en sus funerales.

B. se embarcó siendo aún un adolescente y se hizo cocinero. Llegaba una vez al año cargado de regalos y dinero, hasta que no regreso más. En cada retorno pedía perdón a su hija, por haberla dejado huérfana; a cada partida, por volverla a dejar. Ella no perdonó ni cuando lo creyó muerto. Quemó sus escasos efectos y lo maldijo cada día de su existencia.

Para H. vacaciones es rentar un bote en cualquier puerto del mundo, y de ahí partir con sus amigos, sin rumbo fijo, un par de meses a cabotear. El día que cumplieron treinta años de casados, su esposa le obsequió un boleto para llegar en crucero solito él a Alaska.
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En un Puerto
A Emes, joven de veintiocho años, un navío tenio trajo a este puerto sirio para que aprendiese el comercio del incienso. Enfermó durante el viaje. Y desembarcando aquí, murió al pisar tierra. Fue pobremente enterrado. Pocas horas antes había susurrado dulcemente «casa» y «viejos padres». Mas nadie supo quiénes eran, ni cuál su ciudad en el gran mundo griego. Es el mal menor. Porque mientra aquí en este pequeño puerto yace en paz, sus padres guardan la esperanza de que aún vive.
Constantino Kavafis, 1918. Vía Sax, marinero de aguas dulces.

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2.10.03  :: 00:52

Siento frío. Detesto sentir frío. Cuando siento frío solo puedo pensar en cómo calentarme. Se me entumen las neuronas y los músculos de la espalda se me contraen, se me enfrían las orejas y la punta de la de la nariz. Sentada, los pies se apretujan uno contra otro y mis manos amoratadas rehuyen abandonar el cobijo hallado entre mis piernas (un mal hábito, sí). Las sienes laten tensas, infligiéndome dolor.

Sentir frío es la más estúpida de mis calamidades. Me puede reventar sentir así. Me estorba, me paraliza, me reprime, me aletarga. Toda yo me veo reducida a un primitivo sistema de ahorro de energía, Low Energy System, que instintivamente solo busca arroparse entre mantas a dormir.

Tampoco es que hele, es sólo que hace frío y yo lo resisto mal. Poca azúcar en la sangre, presión baja, larga vida sí, pero en clima tropical o pegada a la calefacción, como sobreviven las violetas.

Quien piense que la ciudad de México es trópico se equivoca. El Valle de Anáhuac sobre el que se sitúa, es un enorme valle que elevaron, a más de 2,200 m. por encima del nivel del mar, los volcanes y las montañas que le rodean, dos de más de 5000 m. de altura, y que a estas horas presenta una humedad del 82% y 10 grados centígrados de temperatura.

Ha llovido a cántaros desde mayo y octubre se avecina igual: temporada de huracanes. ¡Ah, pero de las lunas, la de octubre es la más hermosa! No olvidar.

Los europeos que conozco están decepcionados, el verano aquel soñado, todo el día soleado, apenas si duró aquí lo que dura una quincena.

En esta ciudad no se necesitaban calefacción ni vidrios dobles. Támpoco se acostumbraban los abrigos, las bufandas o las gorras, bastaba con un quechquemitl. La ropa térmica era algo que solo conocía la gente que va a esquiar a Vail. No estamos preparados para ser pillados así. Año tras año, se nos avecina más la nieve. No necesito que nadie lo diga, lo digo yo a partir de mis memorias.

Mientras que en otros lados unos gozan primaveras y otros del otoño, aquí es ya invierno, en este que es el hemisferio del centro. No queda más remedio que aclimatarse, prepararse un espumoso chocolate o salir a refrescarse.

- Mira, ahí llega el Mau, con pan de dulce y chocolate de molinillo!

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