Asakhira
Explorando territorios Patricia @révalo
Vamos siendo nuestra propia isla,
arriesgando leyendas
sobre los límites del mundo ...
                           Teresa Melo, Cuba


19.2.04  :: 15:07

« La cosa de que tengo más miedo es el miedo,
porque supera en poder a todo lo demás »
, Montaigne.

El miedo es una de las tres emociones más primitivas del hombre. Las otras dos son la cólera y la el amor, entendido como atracción sexual y maternidad. El amor es el mecanismo del instinto de conservación de la especie. El miedo y la cólera, del instinto de supervivencia. El miedo induce a la defensa, la cólera inclina a la agresión y por lo general, aparece tras el primero, por lo que se dice que de las dos emociones, la más básica es el miedo.

El sistema nervioso de los vertebrados está formado por dos grandes organizaciones neuronales. La más antigua de ellas, la más primitiva y que compartimos con otros animales incluso no vertebrados, es la que se haya diseminada a lo largo del tracto gastrointestinal y cerca de las vísceras y glándulas, con neuronas integradas en pequeños ganglios o en red dentro de las mismas paredes del órgano, y se le conoce como sistema nervioso autónomo (SNA).

La otra, exclusiva de los vertebrados, es el sistema nervioso central constituido por órganos como la médula espinal y el encéfalo, que incluye al cerebro, de desarrollo mucho más reciente y cuyos axones llegan directamente hasta las uniones neuromusculares para controlar el movimiento de los músculos.

Las múltiples funciones del SNA incluyen todo aquello que tenga que ver con el mantenimiento de la constancia de la composición y propiedades del cuerpo: desde la irrigación de sangre en los tejidos, el suministro de sustancias y el gasto de energía metabólica basal, hasta el control de la tensión arterial, las secreciones gástricas, la sudoración, la temperatura corporal, la contracción pupilar, la regulación del músculo cardíaco, la respiración involuntaria, la motilidad gastrointestinal, el vaciamiento de la vejiga urinaria, la erección en los hombres y la dilatación del útero en mujeres, entre muchísimas más de complejidad diversa.

De todas las actividades neuronales que nuestro cuerpo realiza, la más rápida es y seguirá siendo la desplegada por este sistema distribuido principalmente en el tórax y el abdomen, y en menor proporción en la cabeza.

Estos pequeños grupos de neuronas actúan como unidades inteligentes mínimas e independientes que ajustan continuamente al organismo, a través los citados mecanismos, con la terminante finalidad de preservar la vida en forma totalmente ajena a la voluntad al individuo.

Es por ello que antes de que nuestro cerebro se percate del porqué del miedo, el cuerpo está ya preparado para la embestida, para atacar o para huir, como resultado de la emoción del miedo y de la cólera, cuyo origen se halla en la capacidad de este sistema para analizar las señales del entorno y generar respuestas reflejas en forma prácticamente simultánea cuando percibe alguna amenaza a la homeostasis o estabilidad interna del organismo, por lo que incluso se llega a decir que aquí es donde reside el instinto.

Cuando sentimos miedo, inmediatamente se ha enviado ya una gran cantidad de sangre al abdomen, de ahí el característico malestar en la boca del estómago. Esta reacción y las contracciones involuntarias de la vejiga y del intestino, que tienen por objeto vaciarlo de excrementos, preparan la zona vital más expuesta del cuerpo en caso de ser herida, digamos por un cuerno. La ventilación pulmonar y el metabolismo aumentan, el ritmo cardiaco se acelera, queda así a disposición del organismo la mayor cantidad de energía posible para favorecer sus reacciones. Las pupilas se dilatan, las glándulas disparan todo tipo de hormonas, aumentando así su eficiencia y dando señal de alerta a los órganos neuronales superiores.

Como se sabe, la atracción sexual, hace uso del mismo tipo de reacciones para preparar al organismo, aunque en este caso, lejos de prepararlo para la guerra, lo prepara para atraer al otro: el sentimiento de maripositas en el estómago tiene que ver con el aumento del flujo sanguíneo, que mejora la apariencia.

De ahí en adelante, miedo, amor y cólera, son una elaboración: la confluencia dialéctica entre la dimensión biológica y la dimensión cultural del ser humano, la mente, cuyo asentamiento se encuentra en los órganos neuronales superiores, la resultante de muchos siglos de evolución.

Es ahí donde el miedo se complica con el temor hacía futuros males o pérdidas. Donde se combina con la tristeza provocada por la impotencia, por el desánimo. Donde tienen su génesis la ansiedad y la angustia. Donde se despierta la necesidad de recurrir a una personalidad más fuerte, propia o externa, e incluso, la de sucumbir. Donde se determina una actuación que pueda calificarse de valiente o de cobarde.

Nadie puede dejar de sentir miedo, solo puede superarlo.

|

























Los Enlaces




Donde El Viento No Tiene Prisa



Donde Se Detuvo El Viento



Sitios de Información



Sitios para Ver, Leer
y Seguir Buscando



El Archivo



El Fondo



Servicio suministrado por FreeFind






Las Aguas

Blogs México
Bitacoras.com
Blogueratura.com



Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una
licencia de Creative Commons.






[Powered by Blogger]
Weblog Commenting by HaloScan.com
Links
Shirin Neshat